La publicidad si es todo lo que dicen, si es un joven fumando hierba creyendo que así podrá sacar "una mejor idea", también es un conjunto de mercadólogos creando nuevas necesidades de consumo, también son mensajes subliminales, manipulación política a través del código de color o vestimenta que usa el candidato en la fotografía, pero también es un excelente fotógrafo utilizando el presupuesto de una marca para captar una gran imagen, también es un director de cine experimentando nuevos recursos, también es un laboratorio creativo que desarrolla nuevas tecnologías de información.
La publicidad es todo lo que dicen de ella, pero también es el individuo que la crea, el individuo que la paga y el individuo que la consume, la discusión no debe ser si es buena o es mala, sino cuál es el papel que jugamos nosotros como proveedores, clientes o consumidores de publicidad.
En el momento que como publicitarios adoptemos una postura de liderazgo y que logremos que nuestros clientes basen la toma de decisiones de sus mensajes en un fundamento objetivo, sólo cuando pase eso lograremos una cultura crítica que nos permita alcanzar los niveles de creatividad de algunas otras culturas como la argentina, la brasileña, la japonesa, la estadounidense, que han rebasado los niveles y han convertido un aviso publicitario, en un evento esperado, todo mundo espera los avisos del superbowl, o los del mundial, o la nueva temporada de las Havaianas, por que se convierten en buenas ejecuciones que conectan con el consumidor, entretienen y crean un lazo emocional con la marca, por que conviven con su entorno y forman parte del espacio que habita.
Dice Dan Wieden que el truco de este negocio es dejar de pretender que somos una agencia y ayudar al cliente a olvidar que es el cliente y sentarse como personas en una mesa para preguntarse ¿qué vamos a hacer por las personas?... También eso es publicidad.
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